Ubicado a 720 kilómetros de la costa nororiental colombiana se encuentra un hermoso paraíso, rodeado por las cálidas, cristalinas y multicolores aguas del Caribe americano. Un conjunto de tres islas coralinas y cerca de 25 cayos e islotes, cuya belleza no es más que la perfección de la naturaleza, con rica biodiversidad y deslumbrantes paisajes serranos en medio del océano. Ese territorio insular caribeño, que espera la visita de aventureros y viajeros, que buscan descanso, paz y un refugio de libertad en un paraje ensoñador, que no conoce el paso del tiempo, es el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Cultura caribeña y un encantador entorno natural
La isla mayor, San Andrés, es el principal centro económico, hotelero y punto de llegada de cerca de un millón de turistas anuales, que empiezan su travesía por este paradisíaco territorio de bosques cocoteros, experimentando el encanto del mar y sus matices culturales. Un destino caribeño, donde las culturas inglesa, española y holandesa, se han fusionado con la influencia de corsarios y piratas, la cultura raizal -propia del pueblo aborigen originario del archipiélago- bilingüe (anglófona e hispanohablante). Esta comarca colombiana también es única por su hábitat natural privilegiado, declarado por la UNESCO como «Reserva Mundial de la Biósfera de Fauna Marina«, en el año 2001.
Al aterrizar en San Andrés, los turistas son recibidos en el aeropuerto por los nativos con bailes y danzas del folklore local, a ritmo de reggae, socca y calypso, principales géneros musicales de la isla. Sus blancas arenas coralinas y un mar de siete tonalidades, conforman el más grande atractivo del archipiélago: sus playas. Además del descanso y el disfrute natural, es recomendable adentrarse en el ambiente y el sabor de su cultura y las tradiciones de su gente. Para ello, la mejor opción es rentar un carrito de golf para dar una vuelta completa a la isla, en un recorrido aventurero y fascinante que puede tomar cerca de 2 horas de viaje.
Diversión sobre el mar de siete colores
La exuberante belleza natural de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ofrecen a los visitantes múltiples opciones de diversión.
Los deportes náuticos como el surf, windsurf, kite surf, kayak y el jet ski, son los preferidos por los más arriesgados.
Los amantes de la fauna marina, prefieren el buceo y el ‘esnórquel’ (o ‘careteo’). Las aguas cristalinas, su clima tropical y las leves corrientes submarinas le otorgan al archipiélago una visibilidad ideal y el reconocimiento como uno de los mejores lugares en el mundo para bucear.
Cruceros, lanchas, canoas y otras embarcaciones favorecen la navegabilidad y exploración de estas mágicas islas, que recuerdan en otros tiempos, los recorridos náuticos de navíos y galeones piratas.
La oferta hotelera sanandresana es amplia. El visitante tiene para escoger entre hoteles de cinco estrellas hasta posadas nativas, coloridas y acogedoras casas de madera, ideales para mezclarse con los isleños y aprender de primera mano su cultura local, disfrutar su gastronomía, y contagiarse de su calidez y alegría ancestral.