Primera parte | Además del esplendor natural en territorio ruso, otras maravillas aguardan la visita de los aficionados al fútbol y turistas de todo el mundo, son sus escenarios históricos, edificados con las formas y cúspides propias de la arquitectura típica rusa. Entre ellos, hay para destacar los diferentes ‘kremlins’ (ciudadelas antiguas donde se concentraban los edificios gubernamentales), que se encuentran ubicados en varias ciudades rusas.
Sin lugar a dudas, el kremlin más significativo y antiguo sigue siendo el de Moscú, con su Plaza Roja y los Jardines de Alejandro. Pero, también los hay en otras ciudades mundialistas como Kazán y Nizhni Nóvgorod, que fueron igualmente declarados Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO.
Todos estos escenarios son solo algunas de las inmensas opciones, que ofrece Rusia al turista, y que pueden ser visitados, al mismo tiempo, que asisten a los encuentros mundialistas de la Copa de la FIFA. La oferta turística incluye, desde playas en el Mar Negro, con posibilidades abiertas al buceo y la navegación en vela, hasta la práctica de alpinismo y esquí en las montañas Krasnaya Polyana de Sochi. También es recomendable un paseo por las históricas calles de Volgogrado (la antigua Stalingrado). Quizás, otros prefieran contemplar las noches blancas del verano mientras se recorre el majestuoso centro histórico de San Petersburgo. Para los amantes al arte, es imposible perderse una pieza de ópera o danza rusa en el mítico teatro Bolshoi de Moscú.
El espacio y las fronteras abiertas al turismo
Para quienes aman la ciencia y el espacio, Samara es el lugar ideal. Esta ciudad, centro cosmonáutico ruso, goza del Museo Espacial y el Parque de las Maravillas Galileo, dos lugares recomendados para no perder la oportunidad de dar un vistazo al universo, desde este punto de la geografía rusa.
El país más grande del mundo le ha abierto las puertas al fútbol. Rusia seguirá abriendo en el futuro sus fronteras, para recibir con hospitalidad, la visita de nuevos huéspedes y aventureros amantes de la historia, la cultura y la naturaleza, particularmente de sus bien conservados patrimonios.
